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La palabra romería tiene su origen en los lugares de peregrinación. Se les llamaba romeros a quienes peregrinaban hacia Roma. Y así como Roma, los fieles peregrinaban hacia distintos sitios sagrados, llámese Santiago de Compostela o Jerusalén. Pero cada loco con su tema, y cada creyente con su religión. Hoy en día, los devotos de la apuesta, saben que tienen su Meca en Las Vegas.

¿Por qué? Toda religión maneja dos palabras: trascendencia e iluminación. Si seguimos la analogía, veremos que Las Vegas promete esa trascendencia; promete mucho. Y siendo la ciudad más iluminada del mundo, sabemos que nunca duerme. Si Sinatra le hubiera cantado a Las Vegas en vez de a Nueva York, hubiera estado más acertado al cantar su famosa frase: the city that never sleeps. Se trata del nuevo punto de peregrinación; una ciudad que fue construida por y para apostadores.

Y hoy día, probablemente no hay persona en el mundo que no identifique esta urbe como lo que es: el más grande punto de encuentro para los apostadores. Pero tal vez la palabra más religiosa que podríamos encontrar en esta ciudad sea la palabra pecado. ¿Es tan así? Así lo creen los devotos. Pero lo cierto es que ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre. Hoy día, Las Vegas, ofrece tantas opciones que pueden ir lo mismo santos que pecadores, y salir con una sonrisa por igual.

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